Maurice Utrillo
26 de Diciembre de 1883 – 5 de Noviembre de 1955.
Su nombre era Maurice Utrillo estuvo activo durante La escuela de París.
Integrante de aquellos a los que nombraban Les maudits (los malditos) , un grupo de artistas excluidos de las influencias predominantes de Matisse y Picasso, también víctimas de una vida trágica, entre ellos se encontraban Maurice Utrillo, Amedeo Modigliani, Jules Pascin y Chaïm Soutine .
Su madre fue la famosa pintora Suzanne Valadon y no se tiene conocimiento de su verdadero padre aunque Miquel Utrillo le dio su apellido y se hizo cargo de él durante algunos años. El abandono paterno causó en él un vacío tan grande que empezó a llenar con alcohol desde los 15 años, fue más o menos a esa edad cuando lo internan por primera vez y ahí mismo tiene la visión de querer llevar a cabo la vocación de pintor. Al salir su madre junto con un amigo cercano a él: André Utter lo empiezan a motivar para pintar y para que deje los vicios atrás, pero André y Suzanne se enamoraron, acción que hace entrar a Maurice en un estado de indiferencia, adicción al alcohol visceral y su más grande periodo BLANC llamado así por la predominación de empastes blancos.
Siguió pintando casi siempre en estado de ebriedad, pintaba su ciudad natal: los restaurantes, la iglesia, los edificios y las personas pasando entre ellos. Al principio se dedicaba a hacerlo al aire libre, no importando las brisas o los espectadores, posteriormente decidió empezar a inspirarse de las mismas cartas postales de Montmartre. La reputación de Utrillo como persona era la peor de todas; su madre vivía preocupada por él, lo aprisionaban cada vez que se podía en el psiquiátrico, se encontraba obsesionado con la cabaretera Marie Vizier, sus cuadros no le daban para vivir porque los mismos habitantes de Montmartre abusaban de su talento pagando miserias de las obras que creaba y a pesar de todo esto en su papel de artista era reconocido como un magnífico pintor, como el mejor que había tenido la pequeña ciudad.
A partir de este punto el exceso de información que pude encontrar sobre los últimos años de la vida de Utrillo es contradictoria, es por eso que los invito a imaginar un final.
Sobre la inspiración : recuerdo aún la sensación que tenía que tenía cuando llegue a sus obras, los colores ocres, sepias, pasteles y blancos que lo distinguen me enamoraron. El transcurso del tiempo me hizo valorar su trabajo con la representación de la profundidad y las personas que él veía pasar plasmadas dentro de sus pinturas. Claramente también influyó en uno de los sueños de mi vida “Vivir en Montmartre”.